HISTORIA DE LAS FIESTAS EN TERUEL HUILA
La investigación sobre la “Historia de las fiestas en Teruel Huila”, es un aporte al conocimiento general del Huila y del municipio; corresponde al análisis e información sobre el desarrollo de las fiestas, especialmente las sampedrinas en el municipio de Teruel, con aportes de la memoria oral, escrita y audiovisual, que permita a sus pobladores identificarse y aportar rasgos importantes que ayuden al fortalecimiento de su identidad cultural.
Para conocer la historia de las fiestas en Teruel debemos remitirnos necesariamente a los escritos y relatos sobre lo que han sido las fiestas en el orden general. En el libro Historia General del Huila, Tomo V en el Capítulo referente a “ Lo que pide el Cuerpo: las Fiestas del Huila ”, el Doctor William Fernando Torres, a cerca de las fiestas narra lo siguiente:
“Las conmemoraciones religiosas fueron, en parte, las que dieron el punto de partida para las fiestas populares, junto a la celebración de las fechas canónicas nacen las patronales de cada localidad para festejar y honrar al santo que les hubiera concedido una gracia o favor, estas han servido para renovar los votos de fe, pero también para propiciar el jolgorio y la ebriedad”.
En el libro “Vivir la fiesta”, un desenfreno multimediado, el escritor Sergio Inestrosa también sobre las fiestas dice:
“La fiesta es el tiempo denso del pueblo, el tiempo de encuentro de los amigos que vienen de visita, que vienen a divertirse. La fiesta se instala en las casas, en las cocinas en donde las mujeres trabajan más que de costumbre y los hombres por fin cooperan en lo doméstico. La fiesta trae también los juegos, los puestos de cháncharas y fritangas, las danzas y, sobre todo, la música, pues hay que tener presente que no hay fiesta sin música. La fiesta conlleva la emoción, la alegría, el derroche y la embriague.
…La fiesta es, entonces, el tiempo del derroche y de la embriaguez, del desgaste y del relajamiento de los patrones sociales de conducta”.
Por lo anterior, se puede decir que las fiestas han sido manifestaciones religiosas, culturales y sociales de los pueblos, desde tiempos inmemorables y han marcado de una u otra forma la identidad de sus habitantes. Las fiestas folclóricas integran diversos elementos simbólicos (la danza, las comparsas, las cabalgatas, las alboradas, los reinados), que favorecen el sentido colectivo, al tiempo que recrean y recuerdan lo que se celebra; algunas están entrelazadas con las fiestas religiosas o se superponen a éstas.
Mirando las fiestas populares en el siglo XX en el Huila, las más antiguas han sido las celebraciones de San Juan y San Pedro. Al respecto, el autor Torres Silva1 dice: “Las de San Juan y San Pedro han sido las celebraciones populares sacras y profanas más tradicionales en la historia cultural del Huila. De su realización entre los indígenas Paeces - una de las etnias formadoras del actual hombre huilense - se tiene noticias desde hace 300 años, 16892. ..., las fiestas de San Juan provenían de una antigua tradición: El culto al solsticio de verano que celebraban los celtas y latinos3 ”; es en este escenario donde se han podido observar las diferentes transformaciones culturales de la región.
La referencia documental más antigua de las fiestas en el Huila se encuentra en un acta fechada en 1790, encontrada por el médico y compositor Jorge Villamil Cordobés, en la Notaria Primera de Neiva, Tomo Varios, Folio 30 de 17904. Esta puede considerarse como la más remota organización de las fiestas tradicionales del Tolima Grande y concretamente de nuestro Festival Folclórico.
Las fiestas oficiales de Junio en el Huila, en sus inicios duraban 10 días, dedicados a actividades propias de las festividades con la participación del pueblo. Estos días se distribuían de acuerdo al patrono o Santo así: 24 San Juan, el 25 San Eloy (santo que mantiene viva la fiesta “el hoy”), el 26 San Eloicito, el 27 San Crispín (patrono de los zapateros y da guarda al lunes), el 28 San Crispincito, el 29 San Pedro, el 30 San Pablo, el 1° de Julio San Pablito, el 2 San Churumbelo (santo de lo que queda colgado, de los alargues de las fiestas) y el 3 San Churumbelito. Así pues, sólo las fechas del 24 y el 29 se distinguían por estar dedicadas al santo adulto, que resaltaba la importancia central de las fiestas de San Juan y San Pedro.
A través de algunos documentos y memorias orales de los protagonistas, se puede evidenciar, que en Teruel, estas fiestas se habían iniciado años antes a 1968, inclusive con reinados municipales y con participaciones en las festividades sampedrinas de Neiva. Además las fiestas celebradas en Teruel, con alegría y entusiasmo, no habían sido sólo las de San Juan y San Pedro, sino también las religiosas, las del café, las cívicas y las ferias ganaderas.
Las transformaciones de las fiestas en el municipio de Teruel Huila en el siglo XX, se dieron paulatinamente en cada una de las fiestas que se han celebrado hasta el momento y en los eventos programados para cada año. Por eso, Las fiestas religiosas en Teruel, como en la mayoría de los Municipios del Huila, en sus inicios fueron de origen religioso. Desde comienzos del siglo XX y hasta hoy se han celebrado fiestas religiosas católicas en este municipio, entre las fiestas se destacan: la fiesta de Nuestra Señora de la Candelaria el 2 de Febrero, patrona del municipio; la fiesta de San Roque el 15 de Agosto, segundo patrono, que conjuntamente con San Isidro Labrador, el 15 de Mayo, donde las gentes podían aportar más a la parroquia por coincidir estas celebraciones con la finalización de la cosecha del café. La celebración de la fiesta de San Isidro, desapareció en la década de los ochenta debido a la poca colaboración de las gentes y se fortaleció la fiesta de San Roque llegando a ser más importante que la misma fiesta patronal de la Candelaria.
Las fiestas del café se originan el 12 de Octubre de 1933 cuando el padre Jenaro Díaz Jordán hace elogio del café en el discurso que hiciera a los pobladores del Retiro, ahora Teruel, en la primera celebración de esta fiesta. Memorias orales afirmaban: “En los 40, Enrique Caquimbo y Eulogio Zapata se vistieron de mujer (reina del café - civismo)”. “Personajes típicos por ser tomatrago Julio Castro, Eugenio Epia y Enrique Caquimbo”, estos dan a conocer cómo en algunos años de la década de los cuarenta aún se seguían celebrando estas fiestas, suspendidas hacia 1948 a causa de la guerra civil que vivió Colombia. En la década de los cincuenta, se celebró el primer reinado del café, donde las candidatas fueron Aura Vargas Celi y Stella Celi Galindo. Las utilidades obtenidas en este evento fueron destinadas para el arreglo de algunas calles del municipio.
Las fiestas cívicas nacieron como integración a las fiestas del café y por petición de la gente. Con ellas se Pretendía unir más a la comunidad para trabajar conjuntamente y contribuir con el progreso del pueblo. Fue así como en 1957, se hizo un reinado con comparsas y disfraces, con el fin de recolectar fondos, destinados a la construcción de la calle hacia el cementerio y comprar una campana para la iglesia. En éste participaron como candidatas, las señoras Miriam Molina y Jaidy Salazar. Las fiestas cívicas y del café, desarrolladas de manera conjunta, según los testimonios, se continuaron realizando de manera interrumpida, debido a los problemas de la violencia, que vivió la región durante la década de los 50 y la primera mitad de la década de los 60.
Las ferias ganaderas, según el Decreto Municipal No. 016 de Abril 30 de 1965(Ver Anexo), fue la primera fiesta oficial que se celebró en el municipio. Se continuaron celebrando anualmente hasta 1967, pero fueron desplazadas por las fiestas sampedrinas debido a que las dos se celebraban en el mismo mes, por lo cual los días de fiestas se prolongaban demasiado, originando serios conflictos familiares y económicos en sus pobladores. Por otra parte las fiestas del San Pedro habían ganado mayor auge e importancia a nivel municipal, no sólo por la diversidad de eventos que se desarrollaban, sino porque sus pobladores contaban con el excedente económico que les dejaba la cosecha del café.
Las fiestas sampedrinas, el 9 de Junio de 1965 mediante el Decreto Municipal No. 021 (Ver Anexo), se oficializaron en Teruel las fiestas de San Juan y San Pedro en la cabecera municipal. Entre los aspectos importantes de las festividades sampedrinas, se destacan las normas, las cuales se clasifican desde los inicios de las fiestas oficiales en: de organización, ornato y embellecimiento y control policivo. En los Cambios en cuanto a presupuesto se evidencia que la denominación del rubro para éstas ha cambiado a través del tiempo, lo que implica, que se asigna una determinada cantidad de dinero, que se distribuye entre las diferentes fiestas programadas durante el año, por el alcalde y/o concejo, de acuerdo con la importancia y exigencia presupuestal que demanden cada una de ellas. Las programaciones indican que las festividades de San Pedro en el municipio de Teruel se han realizado, oficialmente, desde 1965, las memorias orales de los protagonistas, y algunos documentos oficiales, permiten establecer que a partir de 1966 las fiestas del San Pedro se fueron consolidando con la inclusión del Reinado Municipal del Bambuco, y con eventos que se repiten año tras año, permaneciendo unos, desapareciendo otros y creándose nuevos, por influencia de los cambios sucedidos a nivel local y departamental, pero principalmente por la participación, creatividad y expectativas de los fiesteros. En las programaciones de las fiestas, las actividades o eventos que han permanecido y otros con pequeñas interrupciones son: La alborada, la cabalgata, los desfiles, los juegos populares como la descabezadura de gallos y la vara de premios, los concursos de música campesina y rajaleñas, los bailes populares y el reinado municipal del bambuco.
Los espacios donde se han desarrollan los eventos, ha sido muy variado. Se han adecuado en diferentes años, las calles, el parque central, los escenarios deportivos, la concha acústica Almilkar Ardila, las casas y los centros docentes urbanos. Los espacios han cambiado paulatinamente, debido al aumento de los fiesteros; anteriormente en cada cuadra o barrio se realizaban casetas, hoy en día se ha centralizado en el parque del pueblo.
Sobre las fiestas del retorno podemos decir que tomó auge a partir de 1991. Este festival tiene como finalidad propiciar el reencuentro con todas las colonias teruelenses dispersas a lo largo y ancho del país. Se escogió la temporada sampedrina como la fecha más adecuada para su celebración debido a que es época de vacaciones de mitad de año en el país, lo cual facilita el desplazamiento de los teruelenses radicados en otras ciudades hacia el municipio para compartir experiencias, alegrías o tristezas con familiares, amigos y conocidos.
Las memorias orales, destacan el trabajo realizado por las juntas sampedrinas de los años 1991, 1995 y 1997, al programarlas conjuntamente con las fiestas del San Pedro, aunque también es del conocimiento de todos, que la principal intención es la de buscar otra fuente de ingresos para la financiación de las fiestas sampedrinas, pues cada colonia debe comprometerse con las fiestas y aportar algunos recursos económicos.
El reinado infantil del bambuco aparece en 1990 también dentro de las festividades sampedrinas como un concurso y los niños comienzan a ganar espacios de participación dentro de las fiestas; en 1993 pasa a denominarse encuentro infantil del baile del sanjuanero y con detalles para todos los niños que participan. Aún se continúa realizando y sirve de abrebocas a las festividades.
El reinado de la mojiganga, convertido hoy en el evento central y más popular de la fiesta, nace como tal en 1995 por iniciativa de los organizadores y fiesteros de la fiesta sampedrina, quienes dan respuesta así a su creatividad, a su natural dualidad, hombre – mujer y al reto burlesco de superar el desempeño de las candidatas al reinado municipal del bambuco. Sin embargo desde la década de los cuarenta se conoce que algunos fiesteros les daba por vestirse de mujeres al ir finalizando las fiestas y en las posteriores décadas comenzaron a disfrazarse de reinas, pero fue desde 1995 cuando de manera oficial se inicia como concurso el reinado “diferente” con desfile por las calles, baile del sanjuanero y premiación para los ganadores. Es de hacer anotar que en este reinado participan padres de familia, albañiles, empleados, agricultores, comerciantes, conductores y estudiantes, entre jóvenes y adultos y se ha prohibido la participación de homosexuales.
Con este resumido historial sobre las fiestas en Teruel, se espera que en este 2005 cuando se está programando de manera organizada y especial el Festival del Retorno, todas las colonias teruelenses lleguen, revivan, aporten, gocen y regresen con alegría y deseos de volver.
ÁLVARO GÓMEZ QUINTERO, Director de Núcleo Educativo de Teruel; Licenciado en Filosofía de la Universidad Santo Tomás de Aquino, con Especialización en Comunicación y Creatividad para la Docencia y un Diplomado en Democracia y Convivencia Participativa con la Universidad Sur Colombiana. Escritura de algunos poemas, canciones, cuentos, poesías, acrósticos, discursos, pensamientos y otros escritos en los que se encuentran ensayos sobre el día del Idioma (1.993 ), el doce de octubre ( 1.994 ), Publicados en el Diario del Huila y la Nación; “Mi olvidado país: Colombia es guerra de Norteamérica” con el que participo en 1.997 en la ciudad de Cali en el concurso el Coronel si tiene quien le escriba, el minicuento “ El señor de los señores ” el cual fué seleccionado entre los finalistas en Palermo; Trabajo de Tesis con otros Educadores sobre las “transformaciones de las fiestas en Teruel”; un Perfil y una Crónica sobre dos personas del Municipio, entre otros. Últimamente escribe al periódico “Diario de Teruel” España, donde se han publicado tres(3) informes sobre nuestro municipio.
Seudónimo: GOQUINAL
1 TORRES SILVA, William Fernando. Lo que pide el cuerpo: Las fiestas en el Huila. Historia General del Huila. Neiva: Academia Huilense de Historia, Tomo 4, 1996 p. 310
2 FREIDEMANN, Susana. Las fiestas de junio, citada por TORRES, S., William Fernando. Lo que pide el cuerpo: Las fiestas en el Huila. Historia General del Huila. Neiva: Academia Huilense de Historia, Tomo 4, 1996. p. 310
3 CARO BAROJA, Julio, La estación del amor, citado por TORRES, S., William Fernando. Lo que pide el cuerpo: Las fiestas en el Huila. Historia General del Huila. Neiva: Academia Huilense de Historia, Tomo V, 1996. p. 310
4 FESTIVAL DEL BAMBUCO. Instituto Huilense de Cultura. 1991
La investigación sobre la “Historia de las fiestas en Teruel Huila”, es un aporte al conocimiento general del Huila y del municipio; corresponde al análisis e información sobre el desarrollo de las fiestas, especialmente las sampedrinas en el municipio de Teruel, con aportes de la memoria oral, escrita y audiovisual, que permita a sus pobladores identificarse y aportar rasgos importantes que ayuden al fortalecimiento de su identidad cultural.
Para conocer la historia de las fiestas en Teruel debemos remitirnos necesariamente a los escritos y relatos sobre lo que han sido las fiestas en el orden general. En el libro Historia General del Huila, Tomo V en el Capítulo referente a “ Lo que pide el Cuerpo: las Fiestas del Huila ”, el Doctor William Fernando Torres, a cerca de las fiestas narra lo siguiente:
“Las conmemoraciones religiosas fueron, en parte, las que dieron el punto de partida para las fiestas populares, junto a la celebración de las fechas canónicas nacen las patronales de cada localidad para festejar y honrar al santo que les hubiera concedido una gracia o favor, estas han servido para renovar los votos de fe, pero también para propiciar el jolgorio y la ebriedad”.
En el libro “Vivir la fiesta”, un desenfreno multimediado, el escritor Sergio Inestrosa también sobre las fiestas dice:
“La fiesta es el tiempo denso del pueblo, el tiempo de encuentro de los amigos que vienen de visita, que vienen a divertirse. La fiesta se instala en las casas, en las cocinas en donde las mujeres trabajan más que de costumbre y los hombres por fin cooperan en lo doméstico. La fiesta trae también los juegos, los puestos de cháncharas y fritangas, las danzas y, sobre todo, la música, pues hay que tener presente que no hay fiesta sin música. La fiesta conlleva la emoción, la alegría, el derroche y la embriague.
…La fiesta es, entonces, el tiempo del derroche y de la embriaguez, del desgaste y del relajamiento de los patrones sociales de conducta”.
Por lo anterior, se puede decir que las fiestas han sido manifestaciones religiosas, culturales y sociales de los pueblos, desde tiempos inmemorables y han marcado de una u otra forma la identidad de sus habitantes. Las fiestas folclóricas integran diversos elementos simbólicos (la danza, las comparsas, las cabalgatas, las alboradas, los reinados), que favorecen el sentido colectivo, al tiempo que recrean y recuerdan lo que se celebra; algunas están entrelazadas con las fiestas religiosas o se superponen a éstas.
Mirando las fiestas populares en el siglo XX en el Huila, las más antiguas han sido las celebraciones de San Juan y San Pedro. Al respecto, el autor Torres Silva1 dice: “Las de San Juan y San Pedro han sido las celebraciones populares sacras y profanas más tradicionales en la historia cultural del Huila. De su realización entre los indígenas Paeces - una de las etnias formadoras del actual hombre huilense - se tiene noticias desde hace 300 años, 16892. ..., las fiestas de San Juan provenían de una antigua tradición: El culto al solsticio de verano que celebraban los celtas y latinos3 ”; es en este escenario donde se han podido observar las diferentes transformaciones culturales de la región.
La referencia documental más antigua de las fiestas en el Huila se encuentra en un acta fechada en 1790, encontrada por el médico y compositor Jorge Villamil Cordobés, en la Notaria Primera de Neiva, Tomo Varios, Folio 30 de 17904. Esta puede considerarse como la más remota organización de las fiestas tradicionales del Tolima Grande y concretamente de nuestro Festival Folclórico.
Las fiestas oficiales de Junio en el Huila, en sus inicios duraban 10 días, dedicados a actividades propias de las festividades con la participación del pueblo. Estos días se distribuían de acuerdo al patrono o Santo así: 24 San Juan, el 25 San Eloy (santo que mantiene viva la fiesta “el hoy”), el 26 San Eloicito, el 27 San Crispín (patrono de los zapateros y da guarda al lunes), el 28 San Crispincito, el 29 San Pedro, el 30 San Pablo, el 1° de Julio San Pablito, el 2 San Churumbelo (santo de lo que queda colgado, de los alargues de las fiestas) y el 3 San Churumbelito. Así pues, sólo las fechas del 24 y el 29 se distinguían por estar dedicadas al santo adulto, que resaltaba la importancia central de las fiestas de San Juan y San Pedro.
A través de algunos documentos y memorias orales de los protagonistas, se puede evidenciar, que en Teruel, estas fiestas se habían iniciado años antes a 1968, inclusive con reinados municipales y con participaciones en las festividades sampedrinas de Neiva. Además las fiestas celebradas en Teruel, con alegría y entusiasmo, no habían sido sólo las de San Juan y San Pedro, sino también las religiosas, las del café, las cívicas y las ferias ganaderas.
Las transformaciones de las fiestas en el municipio de Teruel Huila en el siglo XX, se dieron paulatinamente en cada una de las fiestas que se han celebrado hasta el momento y en los eventos programados para cada año. Por eso, Las fiestas religiosas en Teruel, como en la mayoría de los Municipios del Huila, en sus inicios fueron de origen religioso. Desde comienzos del siglo XX y hasta hoy se han celebrado fiestas religiosas católicas en este municipio, entre las fiestas se destacan: la fiesta de Nuestra Señora de la Candelaria el 2 de Febrero, patrona del municipio; la fiesta de San Roque el 15 de Agosto, segundo patrono, que conjuntamente con San Isidro Labrador, el 15 de Mayo, donde las gentes podían aportar más a la parroquia por coincidir estas celebraciones con la finalización de la cosecha del café. La celebración de la fiesta de San Isidro, desapareció en la década de los ochenta debido a la poca colaboración de las gentes y se fortaleció la fiesta de San Roque llegando a ser más importante que la misma fiesta patronal de la Candelaria.
Las fiestas del café se originan el 12 de Octubre de 1933 cuando el padre Jenaro Díaz Jordán hace elogio del café en el discurso que hiciera a los pobladores del Retiro, ahora Teruel, en la primera celebración de esta fiesta. Memorias orales afirmaban: “En los 40, Enrique Caquimbo y Eulogio Zapata se vistieron de mujer (reina del café - civismo)”. “Personajes típicos por ser tomatrago Julio Castro, Eugenio Epia y Enrique Caquimbo”, estos dan a conocer cómo en algunos años de la década de los cuarenta aún se seguían celebrando estas fiestas, suspendidas hacia 1948 a causa de la guerra civil que vivió Colombia. En la década de los cincuenta, se celebró el primer reinado del café, donde las candidatas fueron Aura Vargas Celi y Stella Celi Galindo. Las utilidades obtenidas en este evento fueron destinadas para el arreglo de algunas calles del municipio.
Las fiestas cívicas nacieron como integración a las fiestas del café y por petición de la gente. Con ellas se Pretendía unir más a la comunidad para trabajar conjuntamente y contribuir con el progreso del pueblo. Fue así como en 1957, se hizo un reinado con comparsas y disfraces, con el fin de recolectar fondos, destinados a la construcción de la calle hacia el cementerio y comprar una campana para la iglesia. En éste participaron como candidatas, las señoras Miriam Molina y Jaidy Salazar. Las fiestas cívicas y del café, desarrolladas de manera conjunta, según los testimonios, se continuaron realizando de manera interrumpida, debido a los problemas de la violencia, que vivió la región durante la década de los 50 y la primera mitad de la década de los 60.
Las ferias ganaderas, según el Decreto Municipal No. 016 de Abril 30 de 1965(Ver Anexo), fue la primera fiesta oficial que se celebró en el municipio. Se continuaron celebrando anualmente hasta 1967, pero fueron desplazadas por las fiestas sampedrinas debido a que las dos se celebraban en el mismo mes, por lo cual los días de fiestas se prolongaban demasiado, originando serios conflictos familiares y económicos en sus pobladores. Por otra parte las fiestas del San Pedro habían ganado mayor auge e importancia a nivel municipal, no sólo por la diversidad de eventos que se desarrollaban, sino porque sus pobladores contaban con el excedente económico que les dejaba la cosecha del café.
Las fiestas sampedrinas, el 9 de Junio de 1965 mediante el Decreto Municipal No. 021 (Ver Anexo), se oficializaron en Teruel las fiestas de San Juan y San Pedro en la cabecera municipal. Entre los aspectos importantes de las festividades sampedrinas, se destacan las normas, las cuales se clasifican desde los inicios de las fiestas oficiales en: de organización, ornato y embellecimiento y control policivo. En los Cambios en cuanto a presupuesto se evidencia que la denominación del rubro para éstas ha cambiado a través del tiempo, lo que implica, que se asigna una determinada cantidad de dinero, que se distribuye entre las diferentes fiestas programadas durante el año, por el alcalde y/o concejo, de acuerdo con la importancia y exigencia presupuestal que demanden cada una de ellas. Las programaciones indican que las festividades de San Pedro en el municipio de Teruel se han realizado, oficialmente, desde 1965, las memorias orales de los protagonistas, y algunos documentos oficiales, permiten establecer que a partir de 1966 las fiestas del San Pedro se fueron consolidando con la inclusión del Reinado Municipal del Bambuco, y con eventos que se repiten año tras año, permaneciendo unos, desapareciendo otros y creándose nuevos, por influencia de los cambios sucedidos a nivel local y departamental, pero principalmente por la participación, creatividad y expectativas de los fiesteros. En las programaciones de las fiestas, las actividades o eventos que han permanecido y otros con pequeñas interrupciones son: La alborada, la cabalgata, los desfiles, los juegos populares como la descabezadura de gallos y la vara de premios, los concursos de música campesina y rajaleñas, los bailes populares y el reinado municipal del bambuco.
Los espacios donde se han desarrollan los eventos, ha sido muy variado. Se han adecuado en diferentes años, las calles, el parque central, los escenarios deportivos, la concha acústica Almilkar Ardila, las casas y los centros docentes urbanos. Los espacios han cambiado paulatinamente, debido al aumento de los fiesteros; anteriormente en cada cuadra o barrio se realizaban casetas, hoy en día se ha centralizado en el parque del pueblo.
Sobre las fiestas del retorno podemos decir que tomó auge a partir de 1991. Este festival tiene como finalidad propiciar el reencuentro con todas las colonias teruelenses dispersas a lo largo y ancho del país. Se escogió la temporada sampedrina como la fecha más adecuada para su celebración debido a que es época de vacaciones de mitad de año en el país, lo cual facilita el desplazamiento de los teruelenses radicados en otras ciudades hacia el municipio para compartir experiencias, alegrías o tristezas con familiares, amigos y conocidos.
Las memorias orales, destacan el trabajo realizado por las juntas sampedrinas de los años 1991, 1995 y 1997, al programarlas conjuntamente con las fiestas del San Pedro, aunque también es del conocimiento de todos, que la principal intención es la de buscar otra fuente de ingresos para la financiación de las fiestas sampedrinas, pues cada colonia debe comprometerse con las fiestas y aportar algunos recursos económicos.
El reinado infantil del bambuco aparece en 1990 también dentro de las festividades sampedrinas como un concurso y los niños comienzan a ganar espacios de participación dentro de las fiestas; en 1993 pasa a denominarse encuentro infantil del baile del sanjuanero y con detalles para todos los niños que participan. Aún se continúa realizando y sirve de abrebocas a las festividades.
El reinado de la mojiganga, convertido hoy en el evento central y más popular de la fiesta, nace como tal en 1995 por iniciativa de los organizadores y fiesteros de la fiesta sampedrina, quienes dan respuesta así a su creatividad, a su natural dualidad, hombre – mujer y al reto burlesco de superar el desempeño de las candidatas al reinado municipal del bambuco. Sin embargo desde la década de los cuarenta se conoce que algunos fiesteros les daba por vestirse de mujeres al ir finalizando las fiestas y en las posteriores décadas comenzaron a disfrazarse de reinas, pero fue desde 1995 cuando de manera oficial se inicia como concurso el reinado “diferente” con desfile por las calles, baile del sanjuanero y premiación para los ganadores. Es de hacer anotar que en este reinado participan padres de familia, albañiles, empleados, agricultores, comerciantes, conductores y estudiantes, entre jóvenes y adultos y se ha prohibido la participación de homosexuales.
Con este resumido historial sobre las fiestas en Teruel, se espera que en este 2005 cuando se está programando de manera organizada y especial el Festival del Retorno, todas las colonias teruelenses lleguen, revivan, aporten, gocen y regresen con alegría y deseos de volver.
ÁLVARO GÓMEZ QUINTERO, Director de Núcleo Educativo de Teruel; Licenciado en Filosofía de la Universidad Santo Tomás de Aquino, con Especialización en Comunicación y Creatividad para la Docencia y un Diplomado en Democracia y Convivencia Participativa con la Universidad Sur Colombiana. Escritura de algunos poemas, canciones, cuentos, poesías, acrósticos, discursos, pensamientos y otros escritos en los que se encuentran ensayos sobre el día del Idioma (1.993 ), el doce de octubre ( 1.994 ), Publicados en el Diario del Huila y la Nación; “Mi olvidado país: Colombia es guerra de Norteamérica” con el que participo en 1.997 en la ciudad de Cali en el concurso el Coronel si tiene quien le escriba, el minicuento “ El señor de los señores ” el cual fué seleccionado entre los finalistas en Palermo; Trabajo de Tesis con otros Educadores sobre las “transformaciones de las fiestas en Teruel”; un Perfil y una Crónica sobre dos personas del Municipio, entre otros. Últimamente escribe al periódico “Diario de Teruel” España, donde se han publicado tres(3) informes sobre nuestro municipio.
Seudónimo: GOQUINAL
1 TORRES SILVA, William Fernando. Lo que pide el cuerpo: Las fiestas en el Huila. Historia General del Huila. Neiva: Academia Huilense de Historia, Tomo 4, 1996 p. 310
2 FREIDEMANN, Susana. Las fiestas de junio, citada por TORRES, S., William Fernando. Lo que pide el cuerpo: Las fiestas en el Huila. Historia General del Huila. Neiva: Academia Huilense de Historia, Tomo 4, 1996. p. 310
3 CARO BAROJA, Julio, La estación del amor, citado por TORRES, S., William Fernando. Lo que pide el cuerpo: Las fiestas en el Huila. Historia General del Huila. Neiva: Academia Huilense de Historia, Tomo V, 1996. p. 310
4 FESTIVAL DEL BAMBUCO. Instituto Huilense de Cultura. 1991
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